domingo, 11 de diciembre de 2011

control bajo control



Hay una frase muy antigua, que llevo escuchando prácticamente desde que tengo uso de razón, y que dice que una persona tarda toda una vida en construir algo para luego romperlo en un segundo. O algo parecido. No sé la frase exacta, pero el mensaje es ese. Quiere decir que tardamos muchísimo tiempo en crear algo, ponemos empeño y muchísimo de nosotros, y luego simplemente se va al hell. En unos segundos. Yo no estoy de acuerdo. Y no sabía de este desacuerdo mío hasta hace un rato. La gente va por ahí afirmando que las historias son extremadamente difíciles de construir, y extremadamente fáciles de romper. Entonces... por qué resulta tan difícil marcharse, cerrar círculos, pasar páginas, meter un capítulo en el cajón y comenzar el siguiente? Las personas ponemos muchísimo de nosotros a la hora de crear cosas, pero también a la hora de destruirlas. Porque para crear, primero hay que destruir. Para andar, primero hay que barrer y limpiar si no queremos tropezar o caer. Y cuánto de difícil hay en eso... Cuánto de difícil hay en la destrucción... Me molesta que ahí fuera se de por hecho que romper con algo es fácil, simple, superficial, rápido. Porque no lo es. Porque quien afirma que lo construido con empeño se destruye en un segundo es porque no estuvo vivo, es que no se enfrentó a su propia vida ni por un momento, es que no quebró lazos, es que no se mudó de piel ni una sola vez. Y eso, permítanme la intromisión, es una insensatez.

martes, 15 de noviembre de 2011

Bowiedora


Mirar una puesta de sol, un árbol, una nube con forma de pulpo, ramas en el pasto, cigarros consumiendose en un cenicero viejo, y realizar con tus ojos una fotografía instantánea.
Visitar todos los museos que se pueda. guardar en la memoria los cuadros más movilizadores y significativos. tatuártelos apenas se dé la situación.
Caminar con los auriculares puestos por el medio de la asquerosa peatonal, escuchando Lust for life, que tus pasos sean el bombo y los parpadeos los golpes sobre el hi hat de la batería, y sentirse el protagonista de un video musical que nunca existió.
Inspirarse en medio de la clase más aburrida de la semana, escribiendo palabras sueltas en los márgenes de las hojas, para después transformarlas en poesía, y en casa, con la viola, en una hermosa canción.
Escuchar a Bowie, que tanto te gusta, y agradecer sonriente al cosmos por existir.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Nada puede estar mal, mientras las canciones sigan estando escritas para vos




La esperanza es buena porque hace que seamos pacientes. Quien pierde la esperanza, no se queda a vislumbrar el final de la partida. Quien pierde la esperanza no gana, ni juega, ni arriesga, ni vive, ni muere. La esperanza es lo último que queda; hasta el final, finalísimo de nuestros días- porque nos ayuda a despertar por las mañanas con un ápice más de ganas y a acostarnos sin inundar la almohada de gritos. La esperanza nunca es absurda, nunca se da a destiempo y nunca está de más. La esperanza es tan necesaria como lo obvio de la imposibilidad de caminar si no tenemos piernas. La esperanza hace que nuestro brazo se mueva hacia delante, y consecutivamente que lo haga el otro. Y hace que se produzca esa expresión mágica a la que alguien llamó sonrisa. Y hace que la gente viva. 

miércoles, 28 de septiembre de 2011

lunes, 19 de septiembre de 2011

son re ír





Nunca hablé de la felicidad. Y tampoco tengo ganas. Pero a veces me siento en las nubes, pensando cómo sostenerla en mi cuerpo, en mi entorno, sin que se valla, sin que se escape...


No sé si es un estado, un equilibrio de determinadas cosas, una ilusión, pero muchas veces me consideré feliz. Cuando era más chica, creía que la felicidad era como el juego de la escondida, los adultos la buscaban, en sus proyectos, sus trabajos, sus familias, y deseaban encontrarla esforzándose a más no poder. Ahora que ya tengo mis (pocos) años, me doy cuenta de que aquella se encuentra en las pequeñas cosas de la vida... Llevo tatuado en mi corazón un carpe diem que me enseña a vivir cada segundo como si fuera el último, a perdonar aquellos errores que en definitiva, son humanos, a amar apasionadamente a aquellas personas que se lo merecen, a escuchar el sonido de las luces, a ver la luz de la música, a gritar silencios que valen más que mil palabras.

viernes, 16 de septiembre de 2011

enjoy yourself




Vinimos a la vida para estar acompañados. Afirmar que nos gusta la soledad, que amamos la soledad por encima de todas las cosas, que lo único que deseamos en esta vida es permanecer solos, es uno de los cinismos peor contados de la historia. A nadie le gusta la soledad al completo, y menos cuando uno no es quien la elige. No tenemos el poder de decidir cuándo y cómo queremos estar solos, porque nunca lo estamos. Podemos sentirnos solos aún estando rodeados de un montón de personas o sentirnos cercanos a otros estando en Marte. Pero eso es otro tema. Nadie está completamente solo, y nadie está completamente acompañado. Podés asfixiarte cuando el teléfono suena cada cinco minutos y podès amargarte cuando el teléfono no suena en meses... Siempre que huímos marchamos en búsqueda de ayuda, de una ayuda fresca, nueva, está bien; pero de una ayuda que traiga otras caras, otras sonrisas, otras miradas. Nunca marchamos a una tierra donde no exista nadie, quizá porque no hay un lugar tan solitario, quizá porque no aguantaríamos vivos ni veinticuatro horas. Dicen por ahí que un hombre es capaz de mantenerse con vida sin beber aproximadamente cinco días. Sin dormir unos días menos. Sin comer, casi nada. Para qué mentir.... ¿y sin ver a otras personas? Imagínese que lo colocan en una ciudad, grande como Nueva York; o en un pueblo chiquito como alguno de por acá. Eso no importa. Imagínese que no hay absolutamente nadie. Nadie por las calles, nadie en los negocios, teléfonos desde los que usted no puede llamar a nadie, nadie en las casas, nadie en ningún lado. ¿Cuánto tiempo cree que aguantaría? Seamos claros, cuando salimos a la calle por iniciativa propia los domingos a media mañana buscando un poco de soledad, no estamos buscando más que algún movimiento humano con el que sentirnos identificados un rato. Nunca queremos estar del todo solos, nunca estamos preparados. La soledad en sí no existe, no es más que una utopía. Nadie está completamente sólo, nadie quiere estarlo, nadie lo soportaría. Es sólo que a veces tendemos a confundir las necesidades. Generalmente no tenemos ganas de hablar con la gente, y mucho menos de que nos molesten con pelotudeces, incluso nos hincha que se mantengan al lado mirándonos, y entonces afirmamos que lo único que necesitamos es estar solos. ¿Solos? Imposible! ¿Quién inventó la soledad? Y lo más importante, si alguna vez existió... ¿dónde está?

lunes, 29 de agosto de 2011

después






Después de perder siempre huelo a quemado. El mundo continúa coexistiendo con el oceano gris, y las margaritas, siguen siendo las únicas flores agrias del planeta. Después de perder siempre recuerdo lo que nunca me importó. Después de perder siempre me siento cansada. El sofá cobra la importancia que prácticamente desde que nací le mal-otorgué, y el alcohol viaja sin billete de vuelta desde el mueble bar hasta mi estómago, sin hacer parada por otras tráqueas sedientas de cualquier cosa que arañe o distorsione. Después de perder siempre hace frío. Las sábanas de cuadritos de colores arropan hasta el último poro de mi piel. Después de perder se aprende. Después de perder, puedo mejorar.

martes, 16 de agosto de 2011

El gran Dictador






Lo siento.




Pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros. Judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados. No queremos odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia las miserias y las matanzas. Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado, sentimos muy poco. Más que máquinas necesitamos más humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura.
Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros.

Ahora mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oirme, les digo: no deseperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de homres que temen seguir el camino del progreso humano.

El odio pasará y caerán los dictadores, y el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así, mientras el Hombre exista, la libertad no perecerá.

CHAPLIN

miércoles, 13 de julio de 2011

magic bus




A la gente le parece aburrido. Hasta hace poco para mí también lo era, viajar en colectivo urbano. Este año, no me quedó otra que agarrarle un poco de cariño, ya que varias horas de mis días estoy arriba de cualquier línea que me lleve a las paradas de la felicidad, para encontrarme con amigos, del amor, para ir al trabajo, para hacer algo que, naturalmente, siempre queda lejos de mi casa. Aprendí a bancarme sonidos varios que salen de celulares de pasajeros ajenos, utilizando como escudo mis sagrados auriculares, en los que, (valga la redundancia), siempre suena como rito un tema de los Dire Straits. Aprendí a ver en las casas que atraviesan casi siempre mi mismo recorrido; estructuras, arte y muchas ventanas de diferentes tamaños. Desde que tengo uso de razón estoy acostumbrada a pararme cuando alguien necesita un asiento más que yo. Y no lo hago por obligación. Los viajes son cansadores, vivir en un extremo de la ciudad es agotador. Pero se hace llevadero. Ya me conozco las caras de casi todos los choferes, me gusta saludarlos cuando me subo.

jueves, 30 de junio de 2011

somos héroes del asfalto intentando volar



Lo importante es que sepas hacerte una trenza en el pelo los días grises, cuándo la cama es el mejor refugio. Hay que prepararse un café poco cargado, sentarse a mirar por la ventana, con un pucho en la mano, y poner música tranquila, pero de esa que levanta. Después llega el momento de imaginar, enfrentarte a la soledad de un folio en blanco, de olvidar todo lo que te marchita. Cierro los ojos y recuerdo las luces del centro, deshaciéndose como si fueran una acuarela. Recuerdo acostarme en un muro a repasar las estrellas, contándolas por si alguna se había escapado del universo. Recuerdo el murmullo de la ciudad mientras caminaba en soledad, en una soledad que arañaba por dentro. Las baldosas de un portal frío, muy frío, helado. Recuerdo el viento moviendo las cortinas con violencia, el olor a flores entrando por la ventana y yo queriendo que me nacieran pecas. Ahora sólo deseo amanecer en una ciudad distinta, verde, o azul, pero de color intenso. Renacer entre el tráfico de lo desconocido y dejarme llevar de ruta en ruta hacia el mar.

domingo, 1 de mayo de 2011

El derecho de soñar - Galeano



bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.
Deliremos, pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies:
En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.
El aire estará limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.
La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el super-mercado, ni será mirada por el televisor.
El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.
La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar.
En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo.
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.
El mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás.
Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla.
La policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.
La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.
Una mujer, negra, será presidente de Brasil y otra mujer, negra, será presidente de los Estados Unidos de América. Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú.
En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidaren los tiempos de la amnesia obligatoria.
La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés. El sexto mandamiento ordenará: "Festejarás el cuerpo". El noveno, que desconfía del deseo, lo declarará sagrado.
La Iglesia también dictará un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al Señor: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte".
Todos los penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero.






Eduardo Galeano

martes, 12 de abril de 2011

we can feeling this




Hace varios, varios años, me encantaba poner a las personas en un compromiso para que tuvieran que elegir entre una cosa u otra. Era un compromiso hecho juego, obvio. Les decía a mis amigas: " vamos a jugar a un juego... Tienen que perder un sentido. Y lo van a perder ahora mismo y para siempre. ¿Cual?" Y todas me decían el olfato o el tacto. Claro, con nueve años todavía no éramos concientes de la importancia del contacto físico. También inventaba otras situaciones del tipo: "Alguien va a dispararte. ¿Qué prefieren, perder los brazos o las piernas¿". Unas me decían: "Los brazos, porque sin las piernas no puedo correr". Y entonces yo decía: "pero sin manos no podés escribir, ni comer, ni hacer nada." Y entonces se quedaban un poco sin saber qué decirme. Ellas creían que el juego consistía simplemente en decir qué querías o qué no querías perder, pero yo iba más allá, yo quería que me explicaran porqué y que me convencieran. Nadie me convenció nunca. Salvo una chica, que me dijo que si perdiera el olfato no podría oler las flores de los jardines vecinos camino a su casa, o los libros viejos. Y entonces me quedaba el tacto. Por favor!!! ¿Cómo iba a perder el tacto? Después de que dos manos hubiesen recorrido todo mi cuerpo, de que una amiga me hubiese abrazado fuerte un día triste o de que mis viejos agarraran mis brazos para que saltara un charco sin mojarme. Para salvarme. Después de que me tocaran, no... no podría rechazar ese sentido. Tampoco podría no ver. ¿Cómo escribiría? ¿Sobre qué hablaría si ya no puedo ver el mundo con los ojos? No quiero aprender a ver el mundo de otra manera, me gusta verlo así y me niego rotundamente a no ver las puestas de sol, ni la marea cuando sube, ni las gotas de lluvia acumulándose en las esquinas de mi ventana. Yo que sé. Es que.. el gusto tampoco podría perderlo porque cuando estoy triste agarro un bol con chocolate frío y me lo como entero, y saborear todas esas calorías descendiendo por mi tráquea es algo que... como si me sanara, algo raro. Entonces no... no puedo renunciar a eso. Tampoco podría no escuchar. Levantarme por las noches, asomarme a la ventana y sentir a la ciudad dormida, casi muerta. Escuchar la risa de un peque, alguien que pide disculpas detrás de mi espalda, la radio a las tantas de la madrugada, The Clash y su Stay Free... No, no podría no escuchar. Es estúpido. Es un juego estúpido. Y no pienso volver a jugar nunca más.

lunes, 28 de marzo de 2011

té de mi



trato de no involucrarme en los mundos en los que no se permite ser feliz. Vivo, como si hoy, fuera el último día. no me mato la cabeza pensando continuamente en mis errores. aunque sé reconocerlos. sacío mis dudas y temores con los medios vasos llenos de las copas.

jueves, 10 de marzo de 2011

queda mucho por sentir


«Bueno -pensó-; ¿Qué pasaría si yo siguiese durmiendo un rato y me olvidase de todas las fantasías?» Mas era esto algo de todo punto irrealizable, porque Gregorio tenía la costumbre de dormir sobre el lado derecho, y su actual estado no le permitía adoptar esta postura. Aunque se empeñaba en permanecer sobre el lado derecho, forzosamente volvía a caer de espaldas. Mil veces intentó en vano esta operación; cerró los ojos para no tener que ver aquel rebullicio de las piernas, que no cesó hasta que un dolor leve y punzante al mismo tiempo, un dolor jamás sentido hasta aquel momento, comenzó a aquejarse en el costado.
«¡Ay Dios! -díjose entonces-. ¡Qué cansada es la profesión que he elegido! Un día sí y otro también de viaje. La preocupación de los negocios es mucho mayor cuando se trabaja fuera que cuando se trabaja en el mismo almacén, y no hablemos de esta plaga de los viajes: cuidarse de los enlaces de los trenes; la comida mala, irregular; relaciones que cambian de continuo, que no duran nunca, que no llegan nunca a ser verdaderamente cordiales, y en que el corazón nunca puede tener parte. ¡Al diablo con todo!»

martes, 1 de marzo de 2011

We don't do, we just are



Sonidos y sillones de seda,
tu alma sin karma.
Una señal en el vacío
un nido se desarma.


Acostada en el piso,
empiezo a girar
te veo en el espejo:
tu espacio ya no es mío


Ilusiones del pasado
vuelo de sangre, amor
sueños infinitos
de un buen volador.


tu cara sin rostro,
lágrimas que vienen y no van,
mi árbol ya murió.
Pobre planta de púas.


Ilusiones del pasado
vuelo de sangre, amor
sueños infinitos
de un buen volador


Vivo en un mundo desconocido,
de silencios y mil palabras
¿cómo le explico a una mariposa
lo cruel y dura que es la noche?


* Las poesías suelen ser magníficas, y ni les digo cuando se transmiten con melodía incluída. logran algo. algo grandísimo y genial que las transforma en canción. Este caso es especial, es uno de los temas que compuse en conjunto con mi primer banda. Intentábamos estallar, hicimos lo que debíamos. un blues.

viernes, 25 de febrero de 2011

deja vu


parece feliz, perdida en el suburbano, pensando en todas las cosas que no debería pensar y que no puede dejar de pensar a esas horas de la tarde cuando el día parece terminar, de la vuelta a casa cuando ya todas las luces de la calle están en pleno espectáculo visual, cuando las estrellas llegan enredando un pesado y brioso cansancio en todas las caras de esas mujeres que sueñan con que la cena esté ya preparada al llegar.

parezco feliz, otra vez. todos parecemos felices, o parecemos tristes pero siempre parecemos algo.maldito verbo incongruente. parezco feliz, si te fijas en mí desde ese asiento del bondi, desde esa delicada mirada que puede tener una mujer adolescente leyendo una obra que seguramente es única y genial. desde ahí parezco feliz.

martes, 22 de febrero de 2011

you know that i'm gonna go insane





Este mes absorbió mi ser completamente. Estoy viviendo por la mitad, sin permitirme disfrutar plenamente de todo . Fue como abrir corchetes, empaparme de conocimiento con una rapidez in cre í ble, volcarlo en un papel y retener lo que mi mente pudo admitir. Sin dejar lugar a experiencias y vivencias no-abstractas. Estoy viviendo estos pocos días en un mundo de ideas. Y es agotador.
Mi cerebro necesita llenarse ahora de trivialidades, de cotidianidad. Al menos por unos días.
Que termine Febrero y sus exámenes!
Marzo, vení a curarme Febrero..

lunes, 7 de febrero de 2011

manual social





A veces me canso de estar todo el día con la lengua cargada de sutilezas para saber qué decir y cuándo decirlo. Para no meter el dedo en el lugar equivocado, se entiende. Creo que los humanos deberíamos ponernos las cosas fáciles, no complicarnos ni siquiera en las conversaciones, porque el poder de la mente después, es mortal y terminamos bajo la luna rota a las tres de la mañana de un miércoles sin poder dormir, sin poder cerrar los ojos, sin poder apoyar la frente en la almohada y sentirte respirar a salvo. No más connotaciones negativas en los cuentos, no  más flechas apuntando a la nuca cuando todavía no me di vuelta, no quiero sentirme incómoda sin saber qué decir, ni dónde poner la boca, cuando ya es tarde y sólo quiero que me abraces fuerte y me llenes el corazón de nubes con tequila para poder volar un rato.

lunes, 31 de enero de 2011

Don't you ever stop long enough to start?






Yo, en un futuro, quiero ser escritora.- digo cuando alguien me pregunta. Y, acto seguido, me doy cuenta de que ya lo soy. Lo soy porque escribo y amo escribir. ¿Qué más hace falta para catalogarse de escritora? Las palabras geniales que los demás puedan decir sobre tus propias palabras -y sin conocerte- no tienen ningún precio. ¿Que si me gustaría publicar libros? Obvio. ¿A quién no? Pero, mientras agarro historias nuevas, me conformo con seguir publicando en internet y sonreir cuando una sola persona para su mundo cinco segundos con la unica intención de leer las palabras de una completa extraña. Eso, para mí, es un regalo. Hoy estoy con el ánimo arriba porque fueron bastantes personas las que me regalaron una leída. Hoy queria dar las gracias a los que paran sus vidas para introducirse en la acá escrita.

jueves, 27 de enero de 2011

y carpe diem, que el tempus fugit.





Yo creo que el mundo en sí es magnífico y no nos paramos a... a verlo como realmente algo así merece ser visto. A veces tengo la sensación de que la gente que me rodea camina por la vida sin fijarse en cosas que a mí, personalmente, me fascinan. Creo que todo, absolutamente todo en el mundo, es increible y de nosotros depende ver esa belleza real e infinita contenida en un algo finito y provisional. No sé. Es que ultimamente tengo la sensación de que la mayoría de la gente camina a través de la belleza, incluso me animaría a decir por encima de la belleza, la pisan y ni siquiera bajan la mirada para verla.  Me entristece que a la gente le cueste tanto bajarse de este circo mundano cinco minutos al día para empaparse de un algo tan perfecto que podría alegrarnos la vida. Vivir no es una obligación. Casi nadie se baja del mundo mudo para observar con cuerpo y mente lo que se muestra, casi nadie desenreda los párpados para revisar con o sin cuidado lo único que realmente vale la pena. La vida es bella, lindísima, tan imperfecta que termina resultando totalmente perfecta. Hay belleza por todos lados. Vayan a un almacén, vean cómo las personas eligen la mejor fruta. Caminen por la calle, llenen miradas de desconocidos, noten cómo la naturaleza real y la impuesta se mezclan en un cóctel francamente alucinante. Y después vengan y cuéntenme si no vale vivir. .

martes, 25 de enero de 2011

reina o ruina


Lo poco que se de la vida está en las líneas que no escribí. Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa, y se olvida tomando dos.

miércoles, 5 de enero de 2011

el frío y el amor y las cosas del invierno







Soy de madrugar con marcas en la cara...es innato. Soy de pesadillas en la época de examenes, eso no se si es innato o simplemente corriente. Soy de ilusionarme en las noches con fuegos artificiales, de jugo de naranja por las mañanas y de encender un cigarro en cada lugar que visito. Cada cual con su cruz.


...




Durante cuatro segundos pienso cuanto me gustaría que fuese julio o agosto, y que el frío absorviera toda la energía anestesiando las calles. Sólo durante cuatro segundos...Me encanta que haga frío, las bufandas, los guantes y sobre todo los abrazos de invierno.