martes, 15 de noviembre de 2011

Bowiedora


Mirar una puesta de sol, un árbol, una nube con forma de pulpo, ramas en el pasto, cigarros consumiendose en un cenicero viejo, y realizar con tus ojos una fotografía instantánea.
Visitar todos los museos que se pueda. guardar en la memoria los cuadros más movilizadores y significativos. tatuártelos apenas se dé la situación.
Caminar con los auriculares puestos por el medio de la asquerosa peatonal, escuchando Lust for life, que tus pasos sean el bombo y los parpadeos los golpes sobre el hi hat de la batería, y sentirse el protagonista de un video musical que nunca existió.
Inspirarse en medio de la clase más aburrida de la semana, escribiendo palabras sueltas en los márgenes de las hojas, para después transformarlas en poesía, y en casa, con la viola, en una hermosa canción.
Escuchar a Bowie, que tanto te gusta, y agradecer sonriente al cosmos por existir.

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