viernes, 11 de febrero de 2022

energía en potencia


 Estoy transitando toda la vulnerabilidad de mi vida junta. Nunca sentí tanto miedo. Dos meses y van... Es como una depresión contradictoria, porque no hay ganas de morir sino unas ganas de que se me vaya la angustia para disfrutar de la vida que tengo. Algo bien estoy haciendo porque tengo una tribu que me aguanta el corazón, con la que grito "esto pasará" . "Si estás pasando por esto, es porque tenés la fuerza para atravesarlo". Estoy aprendiendo a aceptarme sin mirarme al espejo, tocándome el corazón. Asumiendo que la súper chica que tapa todos los agujeros de autoestima no puede ser la mejor hija, la mejor hermana, la mejor mujer, la súper empresaria, la mejor alumna, la profesora ejemplo, la amiga salvadora, la trabajadora del arte, la amante de ensueño. Me perdí. Y sé que es necesario para volver a encontrarme. Dolorosísimo. Y justo en la flor de la edad, diría mi yo anciana.

Fui a visitar a muchos médicos. Estoy sana. Al parecer todo esto que se disparó como una tristeza que me apuñaló el alma es producto de mi propio ser. Como devota de la meditación y de la espiritualidad tengo mucho para seguir practicando y aprendiendo porque en los momentos de desesperación se me olvida todo. Intento darle una explicación concreta y racional a cosas abstractas y energéticas.

Soy también esto. 8:30 PM de un Viernes lluvioso y ventoso en mi cama, por maratonear con las pelis de Almodóvar que ya subió netflix, con el deseo de terminarlas
durmiendo profundamente y despertarme flasheando que todo esto fue un sueño.