jueves, 1 de octubre de 2020

paguemos algo que todavía no rompimos, para que luego no nos vengan a frenar




 Cosas que estoy aprendiendo durante esta pandemia

Que cuando conocí el Yoga, lo iba a buscar. Mantenía una disciplina en la práctica y cada vez que salía de la clase era una seda, una pluma volando en el bosque sureño más precioso. Hoy, el Yoga viene a mí. El cuerpo lo pide ya no tengo que ir a cumplir horarios. A veces me caen muchas fichas, como esas maquinitas del sacoa en la que tirabas estratégicamente  una moneda en las escaleritas para que bajen más. A veces encuentro la paz que necesita mi mar interno cuando está picado y no me deja divisar el fondo con tanta claridad. A veces estoy rodeada de la gente que amo, que admiro. A veces estoy yo simplemente flotando en el océano. Otras siento como el oxígeno visita cada átomo que me conforma y expande mi bienestar, que viene de la mano con la conciencia. Es una necesidad, una función vital.

Que no le temo más a la incertidumbre. Estoy surfeando. A veces me pego unos palos y me caigo, pero  nunca hubo certezas. Nada es para siempre estático, los grandes anhelos van más allá de algo material. El deseo es puramente abstracto, es una realización colectiva, es una libertad que nos pertenece a todxs. Es nuestra huertita y casa en el medio de la naturaleza, son abrazos, son lágrimas sinceras, son las veces que agradecemos por lo que tenemos. Son las cosas que hacemos para (mejorar) lo que somos. No tenemos nada asegurado más que la llama que ruge en nuestro interior y nos guía, nadie sabe adonde, pero sabemos que es por ahí, por acá.

Que no me puedo definir. ¿Quién soy? Puro eclecticismo. Entre el ayer, el hoy y el mañana encontraré muchas versiones de mi. Estoy tratando de quererme en el presente. De acostumbrarme a no proyectar. A veces tengo miedo y lloro mucho. Me canso de muchas cosas , me aburro, llevo colgada la bandera de la impulsividad y cada tanto me choco con alguna pared. Tengo una brújula y ya.

Que cuando estoy atenta encuentro muchas señales. Mucha gente linda y buena de corazón, muchos pájaros que me reciben en las puertas, a mi gato durmiendo sobre mi corazón. Un colibrí en la ventana. Una canción que habla de lo que soñé ayer. La hora perfecta cuando miro el reloj del celular. La telepatía y un mensaje de whats app que recién llegó. Un amor que llega avisando que tengo muchas cosas para aprender, sufrir ya quedó en la etapa más emo. Que se venga esa transformación.

Que hay que vivir ahora. El mundo está cambiando ? Al principio tenía un halo de esperanza poderoso, ahora se todo se me parece a la nueva versión de facebook, nos quejamos, hasta que nos adaptamos. Yo soy de las que no quiere ninguna adaptación. Tampoco resistencia. Deseo que todo se llene de flores y que se pueda vivir adentro de un disco de los Beatles.