miércoles, 18 de enero de 2017

Conclusiones del día








  • Cuando le tengas miedo a los cambios, recordá que a la larga SIEMPRE son positivos: ¿volverías a pensar como esx pibx de hace 5 años atrás?
  • Cuando te sientas muy pero muy mal, no pienses que hay gente que está peor que vos para motivarte. Nos acostumbran de chiquitos a terminar el plato porque algunos no tienen para comer.  Culturalmente aprendemos a tener miedo, a naturalizar la injusticia, a seguir ingiriendo cosas por mas que ya "no tengamos hambre".   Hay una cita de Ana Frank en algún posteo de este blog que  voy a citar ahora, con otra mirada, no con la que tenía hace 5 años cuando la subí, (ya que viene al caso). Cuenta una experiencia parecida, pero referida al Holocausto, mucho más traumática que ese ejemplo casero de algo que vivimos todos los días y que nos inculcan con frases súper truchas hasta en el terreno espiritual. (Me tomé el atrevimiento de trascribir este fragmento del libro no de forma textual, me gustó más así)


"...En esos momentos no pienso en la desgracia, sino en todas las cosas bellas que aún quedan. Ahí está gran parte de la diferencia entre ella y yo. El consejo que da para combatir la melancolía es: "piensa en toda la desgracia que hay en el mundo, y alégrate de que no te pase a tí". Mi consejo es: "Sal fuera, a los prados, a la naturaleza y al sol. Sal afuera y trata de reencontrar la felicidad en ti misma, piensa en todas las cosas bellas que hay dentro de tí y a tu alrededor, y sé feliz".En mi opinión, sus frases no tienen validez. ¿Qué se supone que tienes que hacer cuando esa desgracia sí te pasa? Entonces, estás perdida. Por otra parte, creo que toda desgracia va acompañada de alguna cosa bella, y si te fijas en ella, descubres cada vez más alegría y encuentras un mayor equilibrio. Y el que es feliz hace feliz a los demás, el que tiene valor y fe, nunca estará sumido en malas ondas...."


Bueno, eso es algo que cuesta mucho pensar. Mucho más poner en práctica. Esas advertencias a veces cumplen diferentes funciones, no plantean una "reflexión moral y ética", sino que también exponen los riesgos de determinadas situaciones, la comodidad de formar parte de un sistema en el que nadie pone nada para cambiar, pero según el Tolteca hay que cuidar a las palabras. Hay que honrar cada cosa que sale de nuestra voz. Las palabras merecen ser impecables, que todo lo que se dice y se exterioriza por nuestro cuerpo no sea contenido podrido; no sean mentiras, no sea odio, no sean miedos, por favor, basta que duele.

Obvio, seré siempre una gran devota de la palabra, la voy a defender; me encanta esta religión Y cada vez estoy más en silencio. Porque el mensaje es lindo cuando es honesto y necesario; cuando esa fuerza interior no nos impulsa a hablar es mejor respetarla. Porque quizás sea verdad eso de que tenemos el poder de decretar cosas al universo. Y hay que hacer el aguante a todo este sistema del que formamos parte.

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