domingo, 19 de marzo de 2017

desprender para separar




Allá, a lo lejos, la veo llegar en su bicicleta. Es difícil separarla de tal medio de transporte; sus piernas giran aún sin pedalear; como cuando espera que suene algún disco de vinilo para moverse al ritmo de las trompetas, sabe que bailando el mundo puede detenerse. Aparece en estas épocas más seguido, ama el calor del sol mientras lee en el pasto; y disfruta mucho más las calles sin nadie y repletas de frío; son lindas para abrazar, para caminar, para escribir.
 Desde el canasto se asoma Sylvia, una nueva instructora de vuelo, que es vertical, pero preferiría ser horizontal. Se llevan muy bien, los seres sensibles son siempre sus aliados. Ahora está más cerquita de la tierra. Cada tanto vuelve a dar una vuelta al mundo en ochenta días; le recuerdan aquellas épocas doradas en donde su abuela no se dormía sin antes leerle una nueva aventura.



1 comentario:

efe dijo...

y cómo no imaginarse cada oración, me encantó.
saludetes