martes, 18 de agosto de 2015

hay un tiempo para dejar que sucedan las cosas, y un tiempo para hacer que las cosas sucedan.


Hay algo ahí afuera, como una ola expansiva que nos está llenando a todos de algo para aprender. Lo siento en abrazos, lo interpreto en libros que ya había leído alguna vez; lo veo en el humo que se hace espeso entre las luces de las fiestas. Y nos dan ganas de salir corriendo; el problema es que no sabemos bien hacia adonde,  sólo tenemos en cuenta adonde está lo que nos hizo mal,  por ese rumbo no tenemos que agarrar.  Pero también, es lo único que conocemos, no tenemos idea de que hay ahí afuera, por eso terminamos refugiados en un cuartito esperando que alguien venga a abrir la puerta para salvarnos.
Y ahí es donde empieza todo; cuando el sol ilumina el ventanal de la habitación y ves que la bici está regalada con un moñito, para que la saques a pasear. Para que salgas a respirar.
Un  final viene siempre acompañado de otra cosa que comienza; es inevitable. Y eso me recuerda a la necesidad del empujón. Que la descubrí por ser una nerd y por mi amor a las enciclopedias de pibita.  Hace mucho que en la escuela tenía que escribir sobre algo en lo que creía , como un partido político, una religión, sobre una persona, sobre cualquier cosa. Y tenía que pasar al frente y exponerlo.  Yo me presenté diciendo: " Creo en las energías".

Hoy la quiero pasar acá:

 "Las fuerzas nos rodean por todas partes. Una fuerza es algo que actúa sobre un objeto; estirándolo o empujándolo. Todo se produce a merced de la energía, nada puede vivir o moverse sin ella. Los animales la consumen al desplazarse y las plantas al desarrollarse. El soplo del viento, las olas del mar, son consecuencia de consumos de nergía. Pero NADA de esto se produciría sin la actuación de determinadas fuerzas. Todo consumo supone la actuación de una fuerza. Las fuerzas son necesarias para cualquier movimiento, para alterarlo o detenerlo. También son las responsables de que las cosas se rompan o se mantengan unidas. Si una fuerza empuja o tira de algo, pueden producirse 4 efectos: Que un cuerpo estacionario se ponga en movimiento; que cambie su velocidad, que cambie la dirección de su trayectoria o que se modifique la forma de la materia. "Siempre todo gira sobre la base de la energía".
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La caída de un rato es una espectacular transformación de energía eléctrica en luz, sonido y calor. No es más que, un ejemplo de las muchas transformaciones que suceden a nuestro alrededor. Una luciérnaga transforma la energía química de su alimento en energía luminosa, y si se mueve, en energía cinética. Siempre que algo se mueve, la energía se transforma. Al levantar peso, la energía química de los músculos se transforma en energía potencial del elemento levantado. Cuanto más trabajo; más energía transformada.
Esto hasta puede explicar la vida después de la muerte, que es un misterio, pero lo más probable es que nuestra energía al morir  no quede concentrada en nuestro cuerpo, sino que saldría liberada hacia adonde sea.
Nuestro cuerpo crea energías constantes, vivimos en movimiento. Pero las energías no son materia, y la mayoría de las cosas dependen de lo que podamos percibir. Nuestro cuerpo genera energías, la mente utiliza la fuerza para transformarla."

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Claramente a veces necesitamos una palmada para caminar, un poquito de fuerza para mover todas nuestras pilas.  Me puse contenta de no cambiar mi paso; de ser la misma chica que  sigue creyendo en esa palabra que se repite tantas veces. Antes con otra actitud, con otros mambitos y con otros sueños. Hoy acá. Tengo bien en claro lo que quiero mover.



2 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

Se puede ser uno mismo empezando de a pedacitos.

Ivana Guidi dijo...

claro que sí :)