domingo, 20 de diciembre de 2015

Sos mi delivery en reparación de corazones



¡ahá! ¡Ahora entiendo todo! (en realidad la palabra entender me queda muy grande, yo diría aceptar. Esa me gusta  más). Porque hay cosas que nunca voy a comprender.  No tiene que ver con un boicot a mi inteligencia, o con ser cerrada,  sino con el simple hecho reconocer que existen límites, impuestos por mí, claro, necesarios, para formar parte de la evolución espiritual, para no volver a ser la mina no amada, la piba encerrada;  y  por suerte el paso del tiempo deja un aprendizaje luminoso. Nunca  termina nada, siempre me gustó decir por algo, se empieza. Gustavo me cantó muchas veces la posta; y separarse de la especie por algo superior no es soberbia, es amor.

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