Las personas fuertes, son las que aman un montón, las que no lamentan destinos inconcretos en universos paralelos y se bancan un poco de dolor, tanto tanto que lo abrazan y lo dejan pasar, como etapa de la naturaleza; esperando ver nacer al sol otra vez.

Siempre quise tenerte

bajo mi cama

Por las noches de truenos,

y esas cosas.

También dentro de mi placard

para escuchar un par de te quieros,

cuando se abren cajones,

porque

en medio del desorden,

superando ampliamente

a todos mis pullovers,

sos el único que da calor, mi amor.

Siempre escribo cartas,

Que nunca te envío.

Es que me cansé de ir al correo

Y suplicarle al chico de la entrada

que me preste atención.

Todas empiezan con un hola

Y quedan palabras

Sin hablar,

porque tienen miedo

de lagrimear, de arruinar el papel,

De cambiar su forma,

Ya mutamos demasiado.

Y le gané al tirón del sentir.

Y siempre quise que me recuerdes

Con un beso de gloria,

Sin frases de “para siempre”.

Tarde entendimos

que hoy todo vale más.