domingo, 29 de noviembre de 2015

idealicen (pero no tanto)

Encontrarse con alguien desconocido para pegar onda, asusta un montón. Por lo menos a mi. Lo bueno es que cuando pinta una de esas salidas informales, no soy de las que va comiéndose el viaje pensando: "Espero caerle bien". Patrañas. Viene bárbaro el comentario porque conozco a muchas personas que no pueden estar solas, que necesitan desprenderse de algo solo cuando aparece otra cosa a la cual aferrarse. Creo que esa es una enfermedad no declarada todavía por la organización de la salud y que debería etiquetarse como: "Dependencia neurótica", ya que están aquellos que suelen no conformarse con la primera opción y se pasan descartando gente durante toda su vida.
En fin, el primer mensaje que se me viene es "ojalá sea tan rarx como yo". Largo eso al universo, porque mi madre me enseñó a pedirle de todo. ¿Qué es lo más trágico que podría pasar?
 a) No verlo nunca más, porque me considera fea o muy desquiciada (Claramente y por lo general es la primera opción válida que contempla una piba miedosa  con características inseguras, ja!
 b) Que se enamore perdidamente ,
 c,d,e etc) Otros paralelismos que desconozco pero pueden ser probables, como por ejemplo que pegamos onda pero el chabón te deja re plantada en el medio de la mejor para irse de viaje al Congo y no volver,
z) Que estemos en la misma sintonía, sin creer en el amor, claro, pero unidos por una compañía empática, cargada de miedos pero también repletos de gustos en común y de no tener ganas de hacerse mal el uno con el otro.
Por suerte y por lo general pasé después de un par de bochazos el examen. No tengo idea qué va a pasar, a veces es una cara desconocida después de tanto acostumbramiento y gilada, pero cuando se fijan las fuerzas en el aquí y el ahora todo parece una maravilla.

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