sábado, 8 de agosto de 2009

qué necesario que es mandar todo a la hostia al menos una vez por año







Así es como un dìa cambia el viento. Dejàs de acomplejarte porque todos tardan menos que vos para elegir alguna prenda, no te importa. No importa que los otros jueguen mejor a todo, ganen o no, pones esa canciòn que es malìsima pero siempre se te pega, y te da lo mismo que te vean cantándola caminando entusiasmada. Porque un dìa el entusiasmo te saca de la cama y aunque no entendés mucho está bueno, porque no hace falta ser consecuente con tus ganas de morirte, con el propio desprecio repentino, con tu bochorno, ¿para que? si un dìa por algo que jamás vas a descubrir que es, respirás y te ponés de pie igual. Y ese dìa ves que movés los brazos al lado de tu cuerpo,es como si por primera vez entendieras que estás viva, y que lo más terrible no es tan terrible, ni siquiera terrible. Porque hay sol, porque pasaron blondie en la radio, haciendo ese tema de los paragons que te encanta, y vos te acordaste de eso que nunca te acordabas, o porque del auto de adelante te saludò un nene y sonrieron los dos cómplices de no se sabe què, pero de eso. De estar vivos, de no querer lamentarse, de que llueve, de que hace calor, de que llegas tarde a todos lados. Incluyendo a fin de mes, a tus promesas, a las posibilidades de algo. No importa: porque así es cómo un día cambia el viento.

No hay comentarios: