martes, 17 de mayo de 2016

estas cosas pasan en serio




Salir del psicólogo muy contenta es una buena señal:  me felicitó por mandar a la hostia a alguien; estoy aprendiendo a usar el mecanismo de valoración personal y noto que funciona muy bien y que me hace sentir mejor, así que es como un gol de media cancha.
Desde que llego, resumo mi semana, y la termino evaluando por la eficiencia en todas las decisiones que me tocaron tomar, como:
Juntarse con gente negativa: descartado. // Sentarse sola en un barcito a escuchar una banda de jazz: acertado //. Salir a repartir fanzines: muy bien.//  
Hace bastante que venía con racha mala, esperaba siete días para contarle a alguien que cada uno que pasaba era peor que otro. Así que de repente iluminarse y usar la conciencia a favor de buenas elecciones es todo un evento en el facebook de mi mente multicolor.
Salir contenta del psicólogo es un after muy especial:  requiere hacerse un buen amarre de pelo, prenderse un cigarro y salir a caminar con el frío en la cara, de noche, y sin ninguna mochila que cargar hasta la otra semana. Ese frío tiene un abrigo especial, cuando en la vereda te cruzás con un chabón que no sale justo del psicólogo, pero casi algo parecido, y te propone acompañarte hasta la librería en donde tenes pensado gastarte todo tu sueldo antes de ir a la facultad.

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