lunes, 18 de abril de 2016

tengo más historias para contarte



Cada vez que pasan los días, siento cómo mi cabeza se expande; se abre hacia la empatía absoluta; y entiendo totalmente a las personas con las que el destino me cruza: siento sus alegrías, disfruto cuando cuentan sus experiencias; abrazo sus dolores y aprovecho para intercambiar risas únicas, de esas que se dan por algunos segundos, me llenan el alma y me duran varios días.
Hace mucho que estoy por un camino sano, un camino que irradia amor, gente luminosa, creatividad al palo y escenas de películas que sólo pueden terminar bien.
Y esa es la parte que más me gusta de la historia: tener juventud, tener libertad, no sé tomar muchas decisiones importantes cuando invoco a la razón, pero lo que me sale porque sí, sin pensar, y con el corazón, claramente me sale bien. Así fue como imprimí un fanzine al que le dediqué casi todo un año. Y así es como viajé varias veces; contando a este último fin de semana. 
Me alojé en una casa desconocida, con un chico que conocí en las vacaciones y terminó siendo un gran amigo. Me cuesta mucho creer en la amistad entre el hombre y la mujer; soy sincera, pero, con el correr del tiempo me doy cuenta de que el acuerdo existe, para nutrirse de experiencias, no necesitas  calentarse con alguien para que duerma en su pieza, simplemente juega el entendimiento, el tirar un par de puntitos extra para la evolución espiritual.
Estoy muy feliz de que exista gente así.
De que todavía, en algún barrio
se usen las esquinas para improvisar y crear un rap
De que las parejas caminen de la mano,
no como una posesión, si no como un cuidado mutuo.

Me llevo las imágenes de un museo zarpado como el de Xul Solar.
Muchos amores pasajeros de paradas de bondi 
Música y actitud rude ; en Rosario el punk se murió hace rato; y lo demás nunca existió
Y yo estaba ahí, rodeada de chicas que escuchan los clash
como yo
Y de chicos que no te ofrecían una droga diseñada,
te daban 
un vaso de birra
y se sorprendían
con mi acento del interior, inexplicable según ellos, aunque
yo estoy segura que solo eran la falta de S al final  de cada palabra
lo que llamaba
la atención.
Estoy feliz de tener un amigo como Fede
un flaco que elige el universo como su casa;
que está bañado en una luz tan cálida como su familia,
que también me recibió increíble,
que abre las puertas de su mundo
a quien cree que se las debe abrir;
es decir, a todos.
Y no es casual que lo haya conocido en el medio
del Cerro Uritorco,
mientras mirábamos las estrellas 
(desde ahí se ven como no se ven en ningún lugar del mundo).
por eso decimos que somos hermanos de la Pacha.

Estamos para eso, para seguir abriendo nuestra percepción.
Hoy soy más libre
más feliz
hoy acuerdo con todos.




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