lunes, 19 de octubre de 2015

Si nos organizamos reímos todos



Bueno. La piba trashy estuvo muy ausente este último tiempo. Pero mantuvo muy de cerca su súper cuaderno y su lapicera con forma de pastilla y recién hoy se dignó a pasar algo para que todos sigamos conectados y los que se copen con esta rara puedan seguir leyendo.
Tuvo muy lindos motivos para colgarse. Sí, esta vez, terminó varias cosas que, como en algún momento siempre nos pasa a todos, estallaron por manejar mucho tiempo un avioncito en piloto automático. No hay que olvidar que el aterrizaje exige una buena dosis de energía que cuando hace tiempo que no se usa cuesta bastante regular.
Pero ver que tenemos el control, que podemos volar, es más lindo que apretar un botoncito y rezar para que funcione así eternamente. Porque la máquina que jamás para de funcionar no existe. No sin mantenimiento. Sin intervención de la vida, que, no se estanca para ser la nada, sino que sale afuera para aprender, para descubrir, para triunfar.
No solo se va un año impar, (lo que agrada a la simetría universal), sino que quedan atrás muchas experiencias que hoy son un carácter más piola, una empatía infinita, armónica, que se hospeda en películas, fotografías, canciones, mucha gente hermosa y muchos besos nuevos.
Desde aquí saluda una nueva Licenciada en administración de recursos humanos, que no planea echar a nadie, sino meter todo este mágico contenido que sale de las más oscuras depresiones para ayudar a los demás a que sus días en sus puestos de trabajo detestables sean más agradables. Un poquito. aunque sea con un abrazo el lunes a primera hora,  después de un finde largo divertido.
Un título viene acompañado de proyectos, de una cámara analógica que espera ser muy utilizada, de viajecitos y amores de verano, y de ganas de que lo que me pasa aparezca en más fanzines lindos.  Voy a ser profesora de letras. Y estoy muy feliz.
Moraleja de este tiempo cuasi - extraviado: Dejen que los comandos comiencen a fallar. Tengan miedo de caer al vacío. Lloren mucho. Díganle a todos los que aman cuánto los aman.  Caigan.  Sobrevivan. Y activen. De a poco. Que tenemos una sola oportunidad en este cuerpo, antes de perder la consciencia y reencarnar en otro, para hacer lo que queramos, sin dañar a nadie. 
Rían. Sepan dónde están, Y si se pierden, caminen. 


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