jueves, 24 de marzo de 2022

aprendí para ser quien estoy siendo

 


Recuerdo el cielo azul brillante y el sol encandilando la arena, volviendo mis ojos más chinos de lo habitual , la sensibilidad de la luz en mi cara genera unos gestos que parecen de disgusto y no me favorecen para salir en  ninguna fotografía. Mi apariencia era la más natural en años. Sin nada de maquillaje, con el pelo al viento y una pequeña bikini que exponía todas mis imperfecciones y también mis voluminosas curvas. En medio de la playa por momentos me sentía completamente desnuda y vulnerable. Compensaba bastante con mi actitud punki y un poco impostada del tipo: "me chupa un ovario tode".

El hacer, el decir y el pensar igual genera una firme coherencia que muchas veces es dificil de sostener.  Ser humana me vuelve imperfecta y por momentos confusa. El anhelo de sentirme deseada y de sentir deseo de forma recíproca hacia unx otrx, con los años tiene cada vez más miedos, exigencias, inseguridades y manías.

Me gusta la soledad, la independencia, la libertad, y también el amor, el compartir, el apego y la seducción.

Estoy en plena rehabilitación emocional, un poco sedada, aprendiendo a dar sin esperar, aprendiendo a aceptar (me), aprendiendo como las olas de ese mar gigante que me revoleó varias veces por las profundidades, me limpió con sus sales y minerales y me bendijo con su sabiduría y transformación.

Gracias por darme la posibilidad de ser una mejor versión de mi. Podría pensar que perdí un verano pero gané temporadas de gratitud. Y sólo cuando el océano está calmo podemos ver qué hay más allá. Cuando estoy en calma puedo recordar quien soy sin pensarlo.


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