lunes, 11 de marzo de 2013

la nostalgia.

Escucharon vinilos. y todas las canciones hablaban de la libertad. Pero con eso no bastó. Y encendieron la radio. Sólo sonaron melodías apagadas que lamentaban el amor no correspondido y vibraban al ritmo de un corazón melancólico, dominical y nocturno, con la sensación de querer dormir una vida entera para no soportar la presión mental de las charlas adeudadas con seres olvidados.
No había razón para hablar, tampoco para sentir. No pasaba la música corriendo por sus venas. Los estaba envenenando la razón. Se estaban contagiando de la sociedad.
Y así pasaron minutos, que arrastraban lentamente todas las lágrimas hacia afuera, con ira, culpa, rebelión y dolor. Los últimos tintes de pintura se derretían en un arte abstracto. Y la única estrella del cielo, brindaba la luz necesaria para desterrar el color que todavía habitaba en sus almas.

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