jueves, 28 de febrero de 2013

suelta


Dibujando pinceladas de futuro en nuestras mentes, algún día, ese futuro será presente. Para mí nada es eterno sino el momento. Desde acá, sentimos que el tiempo se puede tocar, pero no hay lugar para la ilusión cuando el cerebro razona. Aprendimos que por decir corazón quince veces uno no es poeta. Que hay personas que por recordarlas, nunca saldrán del ayer. No compramos flores de plástico, cultivamos colores todavía desconocidos a la mirada de la humanidad. 
Y este, es un momento único perdido en las agujas del reloj, una estrella fugaz en un cielo invernal, una cara conocida entre la multitud, una sonrisa nerviosa. La cara buena de una moneda. Una cama desecha. Un poema a medio terminar. Es un roce que estimula los sentidos. Un deseo al soplar las velas. Un sueño que trata de vencer al despertador.

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