miércoles, 9 de mayo de 2018
se lee como se escribe
y conmueve,
conmueve mucho este diluvio mensual
que mimetiza con el ambiente,
se transpira suave y sano
como lo hacen las plantas,
con un pequeño cristal
sobre alguna de las hojas,
la señal más vital
y orgánica
de las ventanas,
de los balcones,
del pasillo.
Conmueve
y genera más miedos que ganas
y también
más valentía que cobardía.
Salimos todxs
aunque
no nos exponemos
demasiado.
No se puede forzar una fotosíntesis.
La fatiga nos arrastra, faltan las vitaminas del sol. Pero nos alimentamos bien. Nos alimentamos y nos cuidamos, como mutantes vegetales, y nos aislamos lo necesario como para acomodar nuestras raíces,
pero
pensamos en la misma frecuencia
y nos conectamos. Y todes estamos ahí. Riendo a carcajadas, riendo con lágrimas, riendo a los gritos, cambiando, activando, al compás de la brisa que nunca paró,
nunca se fue,
y de a poquito nos trae el frío
con el que nos vamos a abrazar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario