Estás, pero jugando a algún juego. Estás jugando a las escondidas. Yo te busco y no te encuentro; lo gracioso es que siempre estás en el mismo lugar, con tu sonrisa increíble que se lleva bien con las millones de posibilidades que el destino puede abrir con más facilidad que un abanico.
Hace mucho que la diversión no tenía este color; volver a ser niños nos reencuentra en una adolescencia eterna y bastante estirada, que acelera los latidos de los corazones en primavera y mistifica el concepto del amor de forma constante, y desgarra de felicidad cuando es tan tan profundo como se siente hoy.
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