Los sábados a la mañana me sonríe y hace cinco grados bajo cero, y no le importa, no le importa que no haya nadie por la calle y que sea la mañana más aburrida de la semana, no le importa que mire todos los stickers que vende y no le compre ninguno, y no le importa que yo vaya a comprarle cigarrillos de mal humor y con cara de dormida, siempre me sonríe.
No le afecta pelearse con los proveedores, y si le pedís cambio de cien, te da.
y te sonríe.
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